
El flamenco, un patrimonio cultural que mueve el presente
Sin duda alguna, no existe en la actualidad en el mundo otro arte que, arraigado en la tradición, mueve la modernidad y la proyecta en el futuro. Para la cultura española actual el flamenco es imprescindible. Ha conseguido dotarse de una especificidad estética única. Además, a su alrededor reúne a miles de artistas y a otros varios miles de profesionales con cometidos artísticos y técnicos importantes en los espectáculos, asumiendo a lo largo de los tres últimos siglos la condición de rasgo identitario español.
Su condición de pertenencia ha sido percibida por los viajeros europeos del siglo XVIII y fue consagrado por el Estado como tal en el XIX. En efecto, a partir de la I Exposición Universal de Londres, el flamenco formó parte de manera ineludible de los contenidos de los pabellones que España plantó en cada una de ellas.
Aunque recibió las descargas de la fusilería de los regeneracionistas tras 1889, desde los años veinte del siglo pasado, el flamenco se fue consolidando como arte español al convertirse en musa de los creadores vanguardistas como es el caso de Julio Romero de Torres, Rafael Cansinos Assens, los ultraístas, los Machado, la Generación del 27. La dictadura lo usó como bálsamo de heridas y consuelo del aislacionismo y, en los sesenta, intentó convertirlo en una demostración de que “España era diferente” a beneficio de la naciente industria turística.
Seguramente fue eso lo que propició que artistas, creadores e intelectuales llevaran a cabo una revolución silenciosa en la que, por un lado, se han depurado los palos, y, por otro, se ha descubierto el flamenco como un instrumento cultural cargado de futuro. Pepe Monleón y el Teatro Estudio Lebrijano introdujeron el flamenco en el mundo creativo teatral, ahondando su aleación con las artes escénicas. A ellos debemos el desarrollo del flamenco. De manera muy particular, a ellos les debemos la madurez escénica de la danza flamenca, que en la actualidad es duda, alguna, un paradigma teatral en permanente evolución. Los espectáculos de María Pagés, Eva Yerbabuena, Israel Galván, Rocío Molina, Manuel Liñán, entre otros, lo demuestran con creces.
Por ello, de la misma manera que en el XIX, gracias a las muestras internacionales, el flamenco se dio a conocer en las metrópolis del mundo, un siglo después se plantó en los grandes teatros de los cinco continentes gracias a la internacionalización de las compañías. Sin temor a equivocarnos podemos decir que, en la actualidad, el flamenco es el mayor y principal embajador de España y su cultura en el mundo y el mayor hacedor de hispanofilia entre gentes de todas las razas.
¿Por qué deberíamos programar más flamenco en nuestros espacios?
Programar flamenco en nuestros teatros de manera sostenida y sostenible nos convierte en actores cómplices del crecimiento de nuestro producto cultural. Por otra parte, siendo los dueños de este tesoro, no es justo que sigamos dejando que los programadores extranjeros orienten, condicionen, enseñen y descubran a nuestros propios artistas, desde su perspectiva e intereses estéticos y económicos.
Reflexión
Curso de programadores: Madrid, fuente global del flamenco. Hacia el arte de una cultura orgánica
22 Jun, 2021 — 24 Jun, 2021. 11h00 - 14h00
@ CCMP y Sala Verde Teatros Canal
Proyecto Ballena
Organizado en colaboración con la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Fuenlabrada
«Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura y Deporte»
Eventos Relacionados

PENSAR LA DANZA (6) – DANZA Y POESÍA. Dame la mano y danzaremos
Online 27 May, 2021 — 19:00 – CCMP ↳ YouTube CCMP

PENSAR LA DANZA (5) – EN BRAZOS DE LA FURIA DIONISÍACA. DANZA, CULTURA, CATARSIS.
Mesas Redondas 25 Mar, 2021 — 19:00 – ↳ YouTube CCMP